La reforma del Código Civil catalán facilitará desheredar a hijos

Alicante, 19-09-2022.

  • Afecta a maltratos, la impugnación y la prescripción
  • Persigue reducir progresivamente el alcance de la legítima

El Código Civil catalán hará más fácil desheredar a hijos si han maltratado psicológicamente al progenitor o habían roto cualquier tipo de relación con el difunto. Así lo recoge el anteproyecto de ley de actualización, incorporación y modificación de determinados artículos del Código civil de Cataluña, que incluye explícitamente el maltrato psicológico en los supuestos en que se puede retirar a un hijo su derecho a la legítima, que en el caso de Cataluña comprende un cuarto de la herencia.

También se reduce el plazo de prescripción de la pretensión para reclamar la legítima y su suplemento, que se fija en cuatro años, en vez de diez. Asimismo, con la voluntad de homogeneizar los plazos, se fija que la pretensión para reclamar la cuarta vidual prescriba también a los cuatro años.

El documento de reforma, consultado por elEconomista.es, considera “conveniente proseguir con la tendencia legislativa de reducir progresivamente el alcance” de la legítima, que se remonta al Derecho romano, así como también la de reforzar la posición de la persona heredera frente a la de la legitimaria.

Es por ello que los cambios en el Código Civil, que deberá autorizar el Parlament durante su tramitación en 2023, también invierten la carga de la prueba en lo que se refiere a la posibilidad de impugnación por parte del desheredado en el caso de que la causa sea la ausencia de relación familiar entre la persona fallecida y la legitimaria.

A partir de ahora le corresponderá al desheredado -en vez de al heredero- probar la inexistencia de esta causa, dado que, “en la práctica, se había puesto de manifiesto que a quien tiene el título hereditario le es muy difícil demostrar la ausencia de relación familiar exclusivamente imputable a la persona legitimaria que justifica la desheredación”, argumenta el texto de reforma.

 

Fuente; el economista.es

 

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